Mefi-Boset, una vida marcada por la vergüenza.
“Y Jonatán hijo de
Saúl tenía un hijo lisiado de los pies.
Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte
de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le
tomó y huyó; y mientras iba huyendo
apresuradamente, se le cayó el niño y
quedó cojo. Su nombre era Mefi-Boset”.
(2 Sa.4:4)
En
segunda de Samuel capitulo 4 verso 4, encontramos una de las historias
más tristes de la Biblia, la historia de Mefi-Boset, hijo de Jonathan, que a
los 5 años de edad, en un mismo día, perdió a su abuelo, a su padre,
y cuando su nodriza al salir
huyendo, mientras lo llevaba en sus brazos, tropezó, el niño se cayó y
quedó lisiado de ambos pies.
¡Qué
trágica historia! Podríamos decir, que la historia de Mefi-Boset es la historia
de alguien, que ha sido destinado para el dolor y la desgracia. Qué traumante
debe de haber sido qué a los 5 años de edad, haya perdido a su abuelo, padre,
y que haya quedado lisiado para el resto de su vida. Se dice que los
primeros 5 años en la vida de un niño, son los más importantes, pues es en
estos años donde se forma el carácter y la personalidad, Mefi-Boset estaba
marcado por las circunstancias, por eso su nombre significa “vergüenza”.
Mefi-Boset
desaparece momentáneamente del relato Bíblico, hasta que vuelve aparecer en el
Cap. 9 de Segunda de Samuel.
Dijo
David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl,
a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a
David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú
Siba? Y él respondió: Tu siervo.
El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la
casa de Saúl, a quien haga yo
misericordia de Dios? Y Siba respondió
al rey: Aún ha quedado un hijo de
Jonatán, lisiado de los pies. Entonces
el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí,
está en casa de Maquir hijo de Amiel,
en Lodebar. Entonces envió el rey
David, y le trajo de la casa de Maquir
hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino
Mefi-Boset, hijo de Jonatán hijo de
Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo
reverencia. Y dijo David: Mefi-Boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Y le dijo
David: No tengas temor, porque yo a la
verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu
padre; y tú comerás siempre a mi mesa. Y
él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu
siervo, para que mires a un perro muerto
como yo? Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda
su casa, yo lo he dado al hijo de tu
señor. Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para
comer; pero Mefi-Boset el hijo de tu
señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía
Siba quince hijos y veinte siervos. Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo
que ha mandado mi señor el rey a su siervo,
así lo hará tu siervo. Mefi-Boset, dijo el rey,
comerá a mi mesa, como uno de los
hijos del rey. Y tenía Mefi-Boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran
siervos de Mefi-Boset. Y moraba Mefi-Boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
Viviendo
como huésped en un lugar llamado Lodebar, un suburbio, caracterizado por la
pobreza y el dolor, “Lodebar” significa “sin pasto”, una clara alusión a la
esterilidad de este lugar.
Nuestra
historia nos enseña que cuando David llego al trono, pregunta si ha quedado
alguien de la casa de Saúl, a quien él haga misericordia por causa del pacto de
amor con Jonatán, le informan al rey la existencia de Mefi-Boset, entonces el
rey lo manda a traer al palacio, le devuelve todas las tierras, le cambia todas
sus ropas, lo sienta a su mesa y le otorga una morada permanente en el palacio.
Esta
historia, es una enseñanza en miniatura de lo que Dios ha hecho por nosotros en
Cristo. Nuestra vida se asemeja mucho a la de Mefi-Boset. Veamos algunas
similitudes:
·
Nuestra
vida también estaba marcada por la vergüenza, vergüenza producida por nuestros
yerros, fracasos y pecados.
·
Nuestra
vida también estaba marcada por la discapacidad. Nuestra mayor lisiadura era la
del corazón.
·
Vivíamos
en medio de la pobreza y el dolor, es decir, también vivíamos espiritualmente
hablando en Lodebar.
·
Dios
hizo misericordia con nosotros a causa del pacto de amor que El hizo con
Cristo, al igual que David lo había hecho con Jonatán.
·
Dios
nos devolvió en su gracia todo lo que habíamos perdido
·
Dios
nos sacó de nuestro Lodebar, y nos trasladó a su reino.
·
Dios
cambió nuestras vestiduras viejas, por vestiduras nuevas.
·
Dios
nos hizo sentar a su mesa con los príncipes de su pueblo.
Es en la cruz del Calvario, donde se revela con
claridad meridiana la ejecución de este pacto de amor de Dios para con nosotros
en Cristo Jesús. Deberíamos de ser agradecidos por este pacto de amor que Dios
en su gracia nos dio en Cristo Jesús.
Ps.
José Piza.