sábado, 4 de octubre de 2014

La importancia de la oración en la vida del Señor Jesús.

Al analizar el capítulo 14 del evangelio de Mateo desde el verso 22 en adelante, encontramos al Señor despidiendo a la multitud y enviando a sus discípulos a la otra ribera. Despedida la multitud, El subió al monte a orar aparte, y cuando llegó  la noche estaba allí solo. Esta expresión es muy significativa, pues nos indica que El estaba en el monte orando antes que sea de noche, es decir, antes de las 6, pues a partir de allí empieza la noche.
El verso 25 nos dice, que a la cuarta vigilia de la noche, El dejó de orar y vino en auxilio de sus discípulos, quienes se encontraban en medio de una gran tempestad. La expresión del verso 23 y ésta del verso 25, es lo que se conoce como una sutura cronológica, es decir, una cláusula de tiempo.
Si establecemos que El empezó a orar  a las 6, aunque fue antes, pues cuando llegó la noche, El ya estaba orando, pero con el fin de ser más exactos, establezcamos el hecho de qué fue a las 6, el verso 25, nos dice que a la cuarta vigilia de la noche, El vino a sus discípulos, caminando sobre el mar. La noche pastoral judía estaba dividida en cuatro vigilias, cada una de ellas con un periodo de tres horas, empezando la primera a las 6 y terminado a las 9 de la noche, la segunda  iba de 9 a 12 de la noche, la tercera de 12 a 3 de la madrugada y la cuarta de 3 a 6 de la mañana.
En este periodo, El empezó antes de  las 6 y terminó a las 3 de la mañana, o sea, un periodo de 9 horas de  oración. Es por ésta razón que El enseñó sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar, sin duda alguna, qué si podemos mencionar una característica de la vida de Jesús es la importancia que El le daba a la oración.
Nuestro pasaje nos indica qué El vino caminando por encima del mar embravecido, lo cual es una clara enseñanza de que las dificultades en la vida las podremos vencer si nos acercamos constantemente a Dios a través de la oración, pues solo con su ayuda podremos vencer.
Amados tengamos una vida de oración, pues ejemplo El nos dio, para que así como El anduvo nosotros también andemos.
Dios los bendiga.

Ps. José Piza

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