Efesios: 1:3.
Sin duda alguna que
entre los escritos del Nuevo Testamento, ninguno se igual a la epístola a los
Efesios. Ella es considerada como la reina de las epístolas. Pablo al empezar
una oración, que contiene 202 palabras, dice lo siguiente:
“Bendito sea el Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. Aquí el apóstol se remonta a
la eternidad pasada, cuando no existía el tiempo, y el contempla al Padre
bendiciendo a cada uno de las personas
que por el puro afecto de su voluntad, El ha predestinado para que sean
adoptados como hijos suyos.
La primera en la
lista de todas estas bendiciones que
Dios en su gracia nos ha impartido en Cristo, es la elección.
El lenguaje divino en
esta epístola es extraordinario. Las Escrituras nos enseñan que todo lo que
necesitamos para tener una vida abundante y victoriosa, ya nos ha sido dado en
Cristo
En Romanos 8:29, el
apóstol nos dice que “ a los que antes conoció, a estos también predestinó para
que sean conforme a la imagen de su Hijo, y a los que antes predestinó, a estos
también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó, y a los que justificó,
a estos también glorificó.
De estas cinco bendiciones
otorgadas en la eternidad pasada, 4 de
ellas se han cumplido en nuestro tiempo, ya hemos sido conocidos,
predestinados, llamados y justificados, solo nos falta una, desde el punto de
vista nuestro, pues aún, no estamos en
el cielo, pero para Dios esto ya está realizado, pues el texto dice que ya
hemos sido glorificados, por eso Pablo dice que estamos sentados en los lugares
celestiales en Cristo.
En esta epístola
Pablo le pide a Dios en oración, que cada uno de nosotros podamos entender
todas estas bendiciones, que ya son nuestras en Cristo, no necesitamos ninguna bendición, ya en Cristo estamos
completos.
Expresiones como
“recibe bendición” , “decreto sobre ti
bendición”, “toma tu bendición”,
carecen de fundamento bíblico, nada ni nadie puede otorgarle a usted bendición,
pues en Cristo usted ha sido bendecido con toda bendición espiritual.
Ps. José Piza Nivela.
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