“Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús,el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse,sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, para que en el nombre de
Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre”.(Flp-2:2-11)
Sin duda alguna este es uno
de los textos más profundos de las Escrituras, en el se nos presentan algunas
de las más importantes doctrinas de la Biblia, aquí encontramos la doctrina de
la pre-existencia de Cristo, su co-existencia con el Padre, su co-igualdad con
el Padre, también encontramos la doctrina de la encarnación, su
auto-humillación y su glorificación.
En el mensaje de hoy vamos
analizar la doctrina de su deidad, doctrina que durante toda la historia de la
iglesia ha sido atacada, analicemos algunas de ellas:
·
El docetismo fue un error con muchas variaciones acerca de la
naturaleza de Cristo. Generalmente, éste enseñaba que Jesús sólo parecía tener
un cuerpo y que él no era realmente encarnado, (Del Griego “dokeo” = parecer)
sino solo en apariencia. Este error se desarrolló fuera de la filosofía
dualista la cual veía a la materia como intrínsecamente maligna, que Dios no
podría estar asociado con la materia y de que Dios, siendo perfecto e infinito,
no podría sufrir. Por lo tanto, Dios como la palabra, no podría haber venido en
carne de acuerdo a Juan 1:1, 14: “En el principio era la Palabra, y la Palabra
estaba con Dios y la Palabra era Dios…Y la Palabra se convirtió en carne y
habitó entre nosotros…” Esta negación de la verdadera encarnación significaba
que Jesús verdaderamente no sufrió en la cruz y de que Él no se levantó de los
muertos.
El principio básico del Docetismo fue refutado
por el Apóstol Juan en 1ª Juan 4:2-3: “Por esto conocen al Espíritu de Dios:
todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en la carne es de Dios; 3y
todo espíritu que no confiesa Jesús, no es de Dios; y éste es el espíritu del
anticristo, del cual ustedes han escuchado que está viniendo, y ya está en el
mundo.” También 2ª Juan 7: “Porque muchos engañadores han salido por el mundo,
aquellos que no reconocen a Jesucristo como venido en la carne. Éste es el
engañador y el anticristo.”
·
El arrianismo.- Hay
solamente un Dios que es solo e engendrado, sin principio o fin.
La sabiduría y el logos moran dentro de Dios
como los poderes que son acordes con Su sustancia y son por su naturaleza
inseparables de esta.
Dios de Su libre voluntad, antes de que el
mundo existiera, creó una sustancia independiente por medio de la cual todas
las otras criaturas serían creadas. Este ser es denominado el Hijo.
Jesús no
está relacionado y es independiente, estando totalmente separado de y diferente
de la sustancia o naturaleza del Padre.
En vista
de que el Hijo no está relacionado al Padre (eso es, con respecto a Su
sustancia), El no es el Dios verdadero y por tanto, por naturaleza no tiene los
atributos divinos.
El Hijo no es una criatura y producto como las
otras criaturas. El es la criatura perfecta.
Las escrituras y la tradición afirman que
Jesús verdaderamente tomó un cuerpo humano pero no tenía un alma humana.
Entre los otros poderes creados, el Espíritu
Santo debe ser colocado al lado del Hijo como una segunda sustancia
independiente. Arrio consideraba al Espíritu Santo como creación del Hijo y
subordinado a Él.
En el evangelio de Juan
encontramos lo siguiente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él
fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la
vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas
resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”
El evangelio de Juan es único,
el 90 % de su contenido no encuentra ni en Mateo, Marcos o Lucas. Juan nos da
la historia celestial de Cristo, no habla nada terrenal de Jesús, no habla de
su nacimiento, de su infancia, de su bautismo, de su tentación, de su
transfiguración, de sus sufrimientos en el Getsemaní, de su ascensión de sus viajes,
de sus parábolas, pues estás son historias terrenales, este es un libro
celestial. El escribe con el propósito de que creamos, este verbo aparece 100
veces en su libro. En cada uno de sus 21 capítulos él nos demuestra la divina
del Hijo, y esto lo hace relatándonos obras divinas, declaraciones, milagros
divinos, adoraciones y títulos divinos.
Los mismos títulos del Padre
los tiene Jesús, ambos son llamados Pastor, Juez, Santos, el primero y el
último, la luz, El Señor del día del reposo, Salvador, el Traspasado, Dios
fuerte, Señor de los ejércitos, alfa y omega, Señor de Gloria, redentor.
Jesús es descrito como eterno,
omnipresente, omnisciente, omnipotente, Inmutable, soberano, Jesús hizo obras
que solo Dios puede hacer. El creó, resucitó muertos, perdonó pecados, recibió
adoración, en su Nombre toda oración debe ser hecha.
Juan presenta a Jesús por medio de tres
metáforas. En primer lugar nos habla de Jesús como Verbo, de la palabra griega
“logos”, la palabra o expresión de Dios, en el Antiguo Testamento estaba
Palabra estaba escrita, ahora esta palabra se hace carne. Aunque Dios es
inmutable, eterno, incambiable, sin embargo, entra en la creación y se vuelve
humano, entra en un vientre humano, luego niño y finalmente hombre. Los
docetistas dicen que El tuvo solo apariencia humana. En Hebreos 2:14, nos dice
que El participo de carne y sangre, Pablo a los Colosense dice que en El habita
toda la plenitud de la Deidad. El no fue mitad Dios y mitad hombre, El fue 100%
hombre y 100 % Dios. Juan nos habla de tres cosas con respecto a Jesús:
·
Su pre-existencia con Dios.”En el principio era el Verbo” ¿Qué principio?
El de Génesis, antes de ese principio, El ya estaba existiendo, el verbo”eimi”,
está en tiempo imperfecto, que quiere decir “continuamente”, El ya estaba existiendo,
El está fuera del tiempo.
·
Su co-existencia.”El verbo era con Dios”. El existió eternamente
con Dios, no solo El es Dios eterno, sino que El es distinto de Dios, esto
declara una verdad trinitaria. En Proverbio 8 verso 27 dice:”
Cuando formaba los cielos,
allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando
afirmaba las fuentes del abismo; Cuando ponía al mar su estatuto Para que las
aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, En Hebreos
1:2, nos dice “en estos postreros días nos ha hablado por el
Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el
resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta
todas las cosas con la palabra de su poder.”
·
Su auto-existencia.”El verbo era Dios”
(theos ën ho logos).En Juan 17 verso 5, Jesús dijo:” Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado
tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.Las palabras griegas son “pros ton Theos”, que significa al mismo
nivel de Dios. El es deidad total.
La prueba de su auto-existencia de que El es
auto-existente, es que todo lo que existe viene de Él. En Jesús está la vida,
la palabra no solamente “bios”, sino
“zoé”, vida espiritual, no observable, en El está toda clase de vida, la
biológica, angelical y la eterna. El es el camino, la verdad y la vida.
Juan dice que la vida era la luz de los
hombres, el que era la vida se hizo la luz de los hombres. Él es la vida de los
hombres, la luz es la revelación de la vida.
Ps. José Piza Nivela.
Seminario Bíblico Restauración.
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