“Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”. Sal.23:5 Todos sabemos que cuándo algún
invitado viene a nuestra casa a comer nos preocupamos por preparar la mejor
comida, usamos la mejor vajilla, ponemos el mantel más nuevo y hacemos qué
nuestra casa luzca reluciente. En el Salmo que estamos analizando el salmista
nos dice que es Dios quien pone la mesa para que nosotros nos sirvamos.
La vida de
David, como la de todo creyente que ha entendido estas verdades, es una vida
satisfecha.
Una vida
satisfecha es:
I.
Una vida que recibe lo que Dios le ha
preparado. El
término “aderezas” significa que Dios sirve la mesa. ¿Cuántas veces Dios nos sirve
la mesa? Él es quien hace provisión diaria de cada una de las cosas que
necesitamos, enumerarlas una por una sería imposible., Él suple todas nuestras
necesidades (físicas, emocionales y espirituales)
II.
Una vida satisfecha entiende el propósito de Dios. El Salmista nos dice que Dios luego
de poner la mesa, “unge su cabeza con aceite”. El aceite en aquella época se
usaba para sanar, lubricar y confortar. En el Salmo 90:10 dice: “Pero tu aumentarás mis fuerzas como el Búfalo; seré ungido
con aceite fresco”.
III.
Una vida satisfecha es una vida que
confía en la generosidad de Dios. David dice que su copa está rebosando.
Veamos cómo se considera David:
·
Se
considera como una copa, usted es una copa que El desea llenar. Cristo dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que
tengan abundancia” (Juan 10:10). El Señor Jesús transformó el agua en 120 galones de vino. El no necesitaba esta
cantidad, pero hizo que abundara. Cuando transformó los panes y les dio de
comer a los hambrientos, sobró una gran cantidad y eso es rebosar su copa.
(Lucas 9:17). Cuando el habla de vida, dice que es abundante, cuando habla de
paz es que sobre pasa el entendimiento, cuando habla de gracia es una gracia
supereminente, cuando habla de gozo Pedro dice que es un gozo inefable
(1 Pedro 1:8). Todo lo de Dios es en abundancia
·
Se
considera también un instrumento. Si Dios llena tu copa es para que des de
beber a los otros que se encuentran sedientos. La
Escritura dice: De gracia recibiste, dad de gracia (Mateo 10:8). El hombre
rico al ver su prosperidad hizo más graneros, no seamos así, demos de gracia lo
que de gracia recibimos.
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