miércoles, 10 de julio de 2019

El muchacho endemoniado

A diferencia de muchos teólogos contemporáneos, el Señor Jesús creía en la existencia de Satanás y los demonios, pues entonces gran parte de los evangelios carecerían de validez y credibilidad..
En el capítulo 9, del verso 17 al 29, del evangelio de Marcos encontramos la siguiente historia:"Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron.El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos?Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: !!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
Veamos, en primer lugar:
1. La obra Satánica.
a. Ésta obra maléfica se venía operando "desde la niñez". Qué triste debe de haber sido la vida de éste muchacho y de sus familiares, el demonio lo había poseído desde muy temprana edad.
b. Ésta obra diabólica ejercía sobre ésta vida un dominio total, en muchas ocasiones lo arrojaba tanto al fuego como al agua. Éste muchacho era una víctima de los deseo del demonio.
c. Las consecuencias eran fatales, lo desgarraba, echaba espumarajos, crujía los dientes, se ponía rígido, se revolcaba, era lanzado al fuego, se quemaba, al agua, para ahogarlo. Lo que el demonio trataba de hacer era matarlo. 
He escuchado a muchos teólogos y maestros bíblicos enseñar que Satanás y los demonios simplemente eran una creencia del pueblo de Israel, y que Jesús se adaptó a esa creencia, si esto fuera así, gran parte del evangelio y de la Biblia carecería de sentido.
 Las Escrituras son claras, así como hablan de la existencia de Dios, también hablan de la existencia de espíritus malignos y de Satanás, cuyas metas son la de poseer y destruir al ser humano. Solamente Jesús tiene la facultad de libertar al ser humano. Ponga su confianza en El y será libre de toda influencia maligna.
José Piza Nivela


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