La historia
de Elí con relación a la conducta pecaminosa de sus hijos, y a la falta de
administración de disciplina y correctivos de parte de éste sacerdote, nos
enseña muchas verdades:
1. No basta con la enseñanza, es
necesario el ejemplo. “Les enseñarás a tus hijos….para que los pongáis por
obra. Dios reprende a Elí, pues sus hijos
no lo conocían.
3. Cada vez que permitimos que nuestros
hijos deshonren a Dios con nuestro consentimiento o silencio, estamos honrando mas a nuestros hijos que a Dios.
4. Deshonramos a Dios cuando corregimos
a nuestros hijos pecaminosamente.
5. El problema era la falta de
corrección en el momento de la desobediencia.
6. El carácter pecaminoso de sus hijos
se debió a la debilidad de carácter de Elí.
La
influencia más poderosa aparte de Dios,
es la de los padres. La influencia del carácter de padres es extraordinaria
sobre sus hijos. Estudios demuestran que la ausencia de la figura paterna en
una familia es más poderosa que la pobreza, lo mismo sucedió con estudios sobre
la anorexia, Elí estuvo pero no estuvo ahí.
·
Los
hijos de Elí crecieron, pero también creció su pecado, el pecado era ahora
acostarse con mujeres en el tabernáculo.
·
La
corrección de Elí no estaba a la altura
de lo que estaban haciendo (22-24).
Dios
le envía un profeta, el juicio había comenzado sobre su casa. El pecado de Elí
tuvo consecuencias nacionales, 30000 muertos y la gloria se fue. Elí pecó, sus
hijos también, Samuel en la crianza de sus hijos, los hijos de Samuel y toda
esa generación también pecó.
·
EL
pecado de Elí estableció el patrón para las siguientes generaciones.
Seamos lo
suficientemente sabios para elogiar a nuestros hijos cuando hacen el bien, pero
seamos también lo suficientemente enérgicos cuando sus conductas no se amolden
a los preceptos bíblicos. ¡ Qué la historia de Elí no se repitan en nuestros
hogares!
Recordemos
que nuestros pecados de negligencia, no solo afectarán a nuestros hijos, sino
también a las futuras generaciones.
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