Cuando Napoleón Bonaparte se encontraba cautivo en la Isla de Santa Elena, cierto día le comentó a
su fiel colaborador, el general Bertrand:"Jesucristo no es un hombre, su nacimiento, la historia de su vida,la profundidad de su enseñanza, su evangelio, su imperio, su marcha a través de los siglos, todo eso es para mí una maravilla, un misterio inexplicable""Alejandro, César, Carlomagno y yo fundamos imperios, imperios que se crearon por el uso de la fuerza, más Jesús, fundó su imperio basado en el amor, y en ésta misma hora hay millones de personas que morirían por El. "Mientras que los grandes conquistaron nos hemos movido por el amor al poder, Jesús fundó su imperio por el poder del amor. Napoleón siguió diciendo:"Solo Jesucristo ha conseguido conquistar de tal manera la mente y el corazón de los hombres para El, que no hay barreras ni de tiempo ni de espacio....El demanda lo que el filósofo busca de sus adeptos, el padre de sus hijos, la esposa de su esposo...El demanda el corazón, lo extraordinario es que su demanda es atendida.
Al testimonio de Napoleón podemos contestar que estamos definitivamente de acuerdo. En el libro del profeta Daniel se nos dice:" en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre" Este reino es el de su Amado Hijo, Jesucristo.
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