Tema: Una
suma divina.
Texto: Salmo 119:160.
Aquí
el salmista está declarando a la palabra del Señor como la verdad; pero es
interesante que el utilice la expresión: “la suma de tu palabra es
verdad”.
La
palabra del Señor se compone de muchas verdades, pero no debemos aislar ninguna
parte del resto de ella; necesitamos la suma de la palabra del Señor.
Es interesante notar en el primer libro de
Samuel, capítulo tres, versículo diez y nueve, algo que se dice acerca de
Samuel; nos dice allí: “Y Samuel creció, y Yahveh estaba con él, y no
dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”. No dejar
caer a tierra ninguna de las palabras del Señor, es algo que el Espíritu de
Dios hace loable aquí en este pasaje. ¿Por qué? porque Satanás también usa las
palabras de Dios, pero las aísla de su contexto, y las desvirtúa; como, por
ejemplo, al Señor Jesús, Satanás tentó y le citó las Escrituras; sin embargo, el
Señor Jesús tomó aquellas palabras de las Escrituras que estaba citando
Satanás, y las relacionó a las demás palabras de Dios y a la verdadera
intención de Dios. A lo largo de toda la palabra divina está la intención
divina y el propósito divino; y cada porción de la palabra debemos relacionarla
con su contexto y con la intención y el propósito de Dios.
Es
por eso que el apóstol Pablo le escribía a
Timoteo,
en su segunda carta, que en el capítulo dos, verso quince: “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Otra
traducción puede decir: que corta bien, o que traza bien, la palabra de verdad.
Es
necesario, pues, tener en cuenta toda la palabra del Señor, la suma de Sus
palabras; no dejar caer a tierra ninguna de Sus palabras; tomar el consejo de
Dios completo, y trazar bien la palabra del Señor, identificando sus
prioridades y la intención de Dios, sin aislarla del contexto.
En
segunda a los Corintios, decía el
apóstol Pablo: “renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con
astucia, ni adulterando la palabra de Dios”. No adulteremos la
palabra de Dios, sino tomémosla en su suma y en su intención original.
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